Nuestra primera entrevista de 2014 tiene lugar en una de las zonas más céntricas de Madrid, la Latina. Es en este barrio es donde Helena Nieto, joyera e integrante del taller Klouví -Arte en Transformación-, produce su propia obra. Sus creaciones unen dos de sus especialidades, el mosaico y la joyería, dando lugar a un estilo propio llamativo y original. Antes de empezar con las preguntas os dejamos algún ejemplo de su trabajo para poneros en situación.


Dedicarse profesionalmente al arte es para muchos una opción imposible. ¿Qué te llevó a elegir esta profesión?

Principalmente la pasión por el arte.  Ya desde pequeña disfrutaba yendo a museos y exposiciones. Cuando tuve la edad, lo primero que hice fue estudiar la carrera de Historia del Arte, no pensando tanto en un futuro, sino más bien impulsada por tener conocimientos sobre la materia. No es una carrera que después sea fácil de encajar profesionalmente, por eso seguí especializándome en otros campos como el mosaico, una opción más profesional y artesanal después de la carrera.

¿Fue muy grande el contraste entre la idea que tenías en la cabeza y lo que viste al empezar a trabajar?

No tiene nada que ver desde que empecé y decidí hacer Historia del Arte a lo que estoy haciendo ahora mismo. Si me hubiesen dicho cuando comencé la carrera que acabaría haciendo esto me sorprendería, pero estoy muy contenta. Está siempre vinculado al arte y a trabajar manualmente.

Si te gusta algo, tal y como está la situación actual, solo te queda montar tu propia empresa, tu propia marca y hacer lo que crees. En el caso de este sector, hace unos años era posible que te contrataran como historiador del arte o puestos similares, pero ahora mismo es muy complicado. Aun así, yo personalmente he decidido tomar otro camino. Al final la opción es buscarse la vida uno mismo.

¿Cuál crees que es la mayor dificultad para un artista en tu campo, a la hora de empezar a dedicarse profesionalmente a su pasión?

Es difícil el hecho de tener que hacerlo todo por tu cuenta. Si estás en un equipo unos se pueden dedicar más al tema administrativo u otras tareas, pero estando sola todo es responsabilidad tuya y se hace más pesado. De todas formas, al final con mayor o menor esfuerzo acaba saliendo.

Además, luego te fijas y no eres el único. Hay mucha gente que está haciendo lo mismo, en tu misma situación, y eso te da fuerzas. Buscando puedes encontrar asociaciones donde reunirte con personas que intentan empezar algo parecido a lo que tú quieres, recibir ayuda y hablar sobre los problemas comunes.

¿Crees que estas dificultades son algo común en todo el mundo? ¿O nuestro país tiene alguna dificultad añadida?

En general no es sencillo materializar ese sueño, que tu trabajo creativo sea tu “modus vivendi”.

Tengo amigos creativos que decidieron probar en el extranjero; en países donde hay más movimiento, donde se apoyan y valoran más estas profesiones que en nuestro país actualmente.

Y para ti en concreto, ¿Cuáles han sido los aspectos más difíciles a la hora de empezar a trabajar? ¿Y lo mejor de la experiencia?

Yo me especialicé en mosaico en Italia. Allí todo el mundo conocía la profesión y trabajábamos juntos. Te sentías arropado y comprendido. Cuando llegué a Madrid no encontré a nadie que hiciera lo mismo que yo. En esas circunstancias sientes cierto desamparo. El mosaico que a mí me gusta y hago, es distinto al concepto del mosaico romano. Es más contemporáneo.

De ahí surge la idea de mezclarlo con la joyería y crear “Helena Nieto Jewels”. Sola era muy difícil hacer metros cuadrados de mosaicos, conseguir pedidos y desarrollarlos. De este modo comienzo a hacer joyas con incrustaciones de “minimosaicos”. Un producto más fácil de vender que soy capaz de gestionar sola. Incluir mosaico en joyería es lo que más me caracteriza hasta el momento.

También, encontrar un espacio es básico porque en tu casa es difícil desarrollar una actividad como la mía. Klouví -Arte en Transformación-  lo formamos un grupo de artistas donde cada una desarrolla su actividad artística. Es gratificante tener un espacio cómodo en el que trabajar y donde convive gente con intereses parecidos, con las que hablar, con las que puedes hacer colaboraciones aun siendo de diferentes áreas… No es lo mismo que estar en tu casa.

Entonces ¿El arte es una opción real como profesión en España?

Yo digo que sí, mi visión es positiva. Que la gente siga haciendo y desarrollando. Si lo que de verdad les interesa es el arte que sigan con ello y no lo dejen aparcado.

Es duro, no es fácil. Hay otras carreras o estudios donde es más sencillo encontrar un trabajo, pero creo que tiene que haber de todo. Tanto emprendedores como gente que aspire a trabajar en una empresa.

Hablemos ahora sobre Klouví, ¿Qué podemos encontrar, además de tu trabajo, en este taller?

Somos cinco chicas en total:

Fernanda Staude y Cecilia José Perreta, dos argentinas que estudiaron Bellas Artes especializadas en grabado. Aquí tienen su tórculo para estampar sobre papel. Ahora están experimentando sobre telas, tejidos… trasladando sus grabados sobre bolsos y ropa reciclada. Es una producción limitada ya que se realiza artesanalmente.

Las otras compañeras son Lidia Prieto y Mar López, dos restauradoras de bienes culturales que formaron  “Restauradoras Creativas”. Se dedican a la restauración de muebles pero de una manera creativa. Pueden tanto reparártelo como darle un nuevo aire y actualizarlos de un modo muy original.

¿Qué beneficios aportan este tipo de agrupaciones a los artistas?

El espacio es grande por lo que es importante ser varios para mantenerlo. Tal vez el mayor beneficio es el de un intercambio de ideas, de una convivencia artística, el que pueda mostrarse nuestra obra y la de otros artistas ya que organizamos exposiciones, mercadillos de diseño, talleres, etc.

Aparte de tu local, las redes sociales también son un buen escaparate para promocionarte. ¿Cómo ves el mundo de internet para un negocio como el tuyo?

Internet es necesario pero para mí un poco engorroso. No deja de ser otro trabajo más: tener que actualizar tu página o tu perfil de Facebook, subir noticias, etc. A mí personalmente me cuesta porque prefiero trabajar en mis piezas. Aun así tienes que hacerlo, es una ventana más al mundo y a la gente le gusta y espera ver cosas.

Hasta ahora ha habido gente que me han contactado por internet pero menos de la que podría contactarme. Hay que hacerlo bien y dedicarle tiempo.

La búsqueda de la inspiración y la gestión del fracaso dentro del arte son dos factores muy personales y subjetivos, ¿Cómo afrontas ambos en el día a día?

Puedes encontrar una barrera entre lo que a ti te gusta hacer, que lo haces por pasión y porque disfrutas haciéndolo y lo que la sociedad demanda. Que tu obra sea un producto que quizá no gusta. O se te va de precio porque has echado unas horas que tienes que valorar. Puedes hacer una producción más personal con tus propios precios, y/o puedes adaptarte al momento haciendo piezas diferentes, más económicas y viables para el público. Al final hay que adaptarse.

En cuanto a la inspiración… Hay que buscarla. Muchas veces te viene fácilmente, otras tienes que ir a por ella. Ayuda mucho salir, ver exposiciones, leer libros, viendo imágenes… en definitiva chupando información. Al final algo sale.

Por último, basándote en tu experiencia ¿Qué consejo daría a esos artistas que se plantean emprender en España?

Hay que emprender y no venirse abajo. Busca ayuda e infórmate. Nosotras al principio estuvimos en un local más pequeñito y más difícil de localizar porque no estaba a pie de calle. El objetivo de buscar un local fue tener un espacio para crear. Era fundamental que fuéramos varios para compartir los gastos. De allí nos trasladamos aquí (calle Santa Ana, 6) porque necesitábamos más espacio, se unió más gente y acabamos abriendo el taller tal y como está ahora. Somos una asociación de artistas y si te informas podrás ver que no somos las únicas. En estos últimos años hemos visto que existen muchos espacios de co-working donde la gente puede trabajar y compartir experiencias y que pueden ser de gran ayuda.