Una landing page es el primer contacto del usuario con tu web.

Son esas secciones de la web que hacen de entrada para tus visitantes. El usuario puede llegar a esta entrada por diferentes medios (lo que se denomina como fuentes de tráfico), pero todas las landing page tienen un factor común: satisfacer una búsqueda de información o incitar a llevar a cabo una conversión en la web. Las fuentes de tráfico más comunes para este objetivo son las búsquedas de Google, el mailing, las redes sociales o los enlaces desde otras webs.

En cualquiera de los casos una landing page tiene un objetivo fundamental: la relevancia. Si el contenido cumple con las expectativas del visitante este será más propenso a hacer más interacciones dentro de nuestra web y, por lo tanto, a cumplir nuestros objetivos de marketing.

Si esperas que los usuarios lleguen a tu landing page a través de búsquedas de Google (ya sean orgánicas o de pago), deberías además tener en cuenta las palabras clave que usas. Puedes informarte sobre los requisitos de estas palabras clave en nuestra infografía de seo on page.

El concepto se resume con un refrán: la primera impresión es la que cuenta. Por fortuna con herramientas de medición como Google Analytics podemos ofrecer diferentes primeras impresiones y valorar cuál es la que más agrada a nuestros visitantes. Para ello se preparan variantes de una misma landing page (con diferentes textos, colores o imágenes) y se comprueban los resultados de cada variante. Es lo que se conoce como testing A/B o test multivariante, tema que trataremos en próximas entradas.

Si tienes dudas sobre tus landing page no olvides dejarnos tu comentario en esta entrada.