Coincidiendo con el próximo lanzamiento de su nueva web,  nos reunimos con Joaquín e Ignacio, el equipo fundador de Galende Rubio, un despacho de abogados y asesoría para empresas. Las dificultades que entraña este sector no asustan a estos chicos, más bien todo lo contrario. Con algo más de un año de rodaje Joaquín, Gabriel, Desiré e Ignacio no solo se mantienen a flote, sino que ya piensan en la expansión del negocio.


Emprender en un sector como el vuestro conlleva grandes dificultades en diversos aspectos como la competencia o las responsabilidades que implica. ¿Cuál fue vuestra motivación para emprender con vuestro negocio?

Joaquín: Tanto Ignacio como yo al principio intentamos acceder al sector público pero viendo que recortaban las plazas y que no había trabajo, empezamos a estudiar un master orientado al sector jurídico empresarial. A raíz de eso nos empezaron a salir consultas y algún caso, hasta que un día tomando café nos dimos cuenta de que teníamos la facturación mínima para constituir un despacho. Por eso decidimos montarlo.

Actualmente en el mundo de los abogados se está produciendo una pseudoexplotación. Gente muy cualificada trabaja 12 horas al día por 600€ al mes, los grandes despachos están despidiendo gente… Visto esto, nos dimos cuenta de que era muchísimo mejor emprender que meternos en la empresa de otra persona. Al final, con el boca a boca y con lo que nos iba saliendo, podíamos montar una estructura un poco más compleja y dedicarnos de una manera profesional.

Asesoramiento es un término muy  amplio. ¿Qué ofrece Galende Rubio a un emprendedor novel o a un negocio ya consolidado?

Es verdad que el asesoramiento es un concepto muy amplio, pero al ser 4 personas bien cualificadas en sectores distintos, podemos ofrecer este asesoramiento en muchos campos. Lo que ofrecemos es: servicios jurídicos económicos de consultoría que van orientados a constituir negocios y a su mantenimiento. Principalmente, que tu empresa cumpla todos los requisitos legales, que tenga un funcionamiento eficiente (también ofrecemos análisis de dirección estratégica de empresas). Llevamos desde una contabilidad hasta contratos mercantiles internacionales.

En el transcurso de un año los objetivos de una empresa pueden cambiar drásticamente. ¿Vuestra perspectiva sobre el negocio ha cambiado desde su creación hasta ahora?

Empezamos con un despacho orientado a una vía procesal, a llevar casos, juicios… un despacho exclusivamente procesalista. El cambio fue motivado por la demanda de los propios clientes. Algunos nos pidieron que les lleváramos una asesoría permanente a cambio de una iguala (mensualidad). A raíz de que nos surgiesen este tipo de contratos vimos que debíamos reorientar el despacho, contratamos un contable y contactamos con Desiré, que se dedica al área de consultoría. Ahora mismo si definiésemos la actividad del despacho, sería “derecho de los negocios”, que significa asesoramiento de empresas día a día en su actividad y aparte temas jurídicos de esas empresas que asesoramos.

¿Cuáles han sido vuestros mayores problemas en el tiempo de vida de la empresa? ¿Y los aspectos más positivos?

Ignacio: Los principales problemas han sido los burocráticos. Nos encontramos con una traba tras otra. Desde el intento de colegiarnos, que exigían un montón de documentación realmente innecesaria, hasta cuando hicimos el trámite de constituirnos como Sociedad Limitada Profesional. El registro mercantil invalidaba unos estatutos ya aprobados por un notario.

Joaquín: De hecho, a mí me pidieron una documentación para colegiarme. La pedí en la Universidad Carlos III y cuando fui al colegio de abogados me dijeron que no me servía. Al día siguiente volví con la misma documentación, me atendió una persona distinta y sí que la aceptó. La burocracia en España funciona de esta manera.

En el aspecto positivo yo no me esperaba tanta confianza por parte de los clientes desde el principio. Pensábamos que íbamos a tardar más en contar con su confianza, en conseguir dinero para empezar a funcionar…

Lo que te sorprende al montar una empresa de este tipo es que la actividad económica que hay en España es muy superior a la percepción que nosotros tenemos. Ninguna de las trabas que hemos tenido ha sido por la crisis económica, sino por la burocratización exagerada del país y de las dificultades que te pone el sector público. La gente se mueve, crea empresas, trabaja… la realidad es muy diferente a la que te pintan los medios.

El estreno de vuestra nueva web refuerza vuestra presencia en internet. ¿Qué oportunidades veis en este canal de comunicación para una empresa como la vuestra?

El diseñar una web orientada a empresas jóvenes y emprendedores, que es un sector muy fuerte en España, implica necesariamente una actividad mayor. La gente se va a fijar en nosotros a través de la web y va a ver los servicios que ofrecemos. Ofrecemos servicios que otros despachos no dan porque el mundo de los abogados es un mundo muy arcaico, analógico.

Los sistemas de comunicación como Skype o Hangout van a ser fundamentales en un futuro próximo para la actividad de las empresas españolas. Dar facilidades telemáticas a través de las tecnologías de la información supone marcar la diferencia en el medio plazo. De hecho el dar estas facilidades ha implicado un crecimiento a corto plazo para nuestro despacho. Poder gestionar tu empresa desde casa o la oficina sin tener que desplazarte ahorra tiempo, dinero y esfuerzo. Dar facilidades como éstas supone una ventaja competitiva respecto a otros despachos.

Hablemos de un tema de actualidad, que probablemente os afectará de forma directa. Recientemente ha sido aprobada la nueva ley de emprendimiento que, entre otras medidas, rebaja la cuota de autónomos. ¿Qué opináis sobre esta medida? ¿Será realmente efectiva para facilitar el emprendimiento?

Ignacio: La medida de rebajar las cuotas de autónomos a los nuevos emprendedores va a resultar muy positiva. Antes el verse obligado a contar con un coste fijo de 250 euros desde el inicio era una fuerte barrera para todos los que deseaban poner en marcha un negocio y contaban con pocos recursos. Quizás se ha quedado corto el plazo de bonificación, ya que hubiera sido mejor que durase los dos primeros años, justo cuando los negocios superan el esfuerzo inicial y empiezan a dar sus frutos. Aun así, comparado con la situación anterior, es un importante avance.

Con respecto a la ley de emprendedores habrá que esperar a ver sus resultados pero a primera vista sí que parece que vaya a impulsar el emprendimiento, ya que reduce trabas burocráticas, que limitan el arranque de proyectos (aún más que los problemas de financiación). Además, una medida muy interesante es limitar la responsabilidad patrimonial de los autónomos, así se evitará que pequeños empresarios tengan que constituirse en forma de sociedad para limitar los riesgos con el consecuente reducción de costes.

Al margen de esta medida, según el INE, el número de constituciones de Sociedades Limitadas en Febrero de 2.013 (8.644) fue un 5.2 % mayor al del mismo mes en el año 2.012. ¿Creéis que estos negocios tienen probabilidad de éxito en una coyuntura económica como la actual?

La prueba de que si está funcionando el emprendimiento en España es que está habiendo, poco a poco, una mejora en la situación economía global. A pesar de que las cifras de desempleo y las cifras macroeconómicas son desesperanzadoras, estamos empezando a ver la luz al final del túnel. Todo esto se debe a las empresas que se están constituyendo, a las personas que tienen una idea y apuestan por ella.

Es cierto que muchas empresas se quedan por el camino por mala planificación o simplemente porque el negocio no funciona. Si tuviéramos que hacer una valoración global sería muy positiva, ya que lo que está levantado el país de la crisis son las empresas que se están constituyendo.

En general las pymes tienen tasas de éxito bastante bajas en cualquier país. En España el 80% de las Pymes fracasa antes de los 5 años y el 90% no llega a los 10. ¿Cuál o cuáles creéis  que son las principales carencias del emprendedor español?

Sobre todo, lo que le falta al emprendedor español es un buen plan de negocio. Sentarse en una mesa con socios e inversores y preguntarse dónde esperan estar el próximo año. Hay que identificar los problemas que pueden surgir, hacer una previsión de gastos e ingresos realista. Hay personas, muchas veces con más corazón que cabeza, que comienzan una empresa y no se para a pensar en los posibles costes. Puedes tener una idea magnífica pero sin unas previsiones realistas es muy difícil alcanzar el éxito.

Ignacio: Además, las pequeñas empresas siempre se encuentran con un gran problema a la hora de obtener financiación. Siempre lo han tenido pero, especialmente con la crisis, se han encontrado el grifo cerrado.

Por último, basándoos en vuestra propia experiencia ¿Qué podéis recomendar a quien en estos momentos se plantea emprender?

Nadie tiene la gallina de los huevos de oro. Ideas increíbles y de un éxito salvaje hay pocas, eso sí, ideas viables hay muchísimas. Lo que pienso es que la gente debería apostar por una planificación adecuada de su negocio, es decir, vamos a dedicarle un día o unas horas a pensar cómo hacer viable la empresa. Desarrollar el negocio es estupendo, ver cómo lo quiero montar es maravilloso pero al final te tienes que sentar, coger papel y boli, llamar a un asesor y decidir cómo hacer esa idea viable. Si haces una planificación realista, tienes una idea buena y eres trabajador, la empresa va a salir adelante. Es imprescindible no tirarse a la piscina sin ver si hay agua.

Ignacio: Y lo más importante, durante los inicios siempre hay momentos muy duros. Hay que trabajar duro y no tirar la toalla porque al final se consiguen los resultados y da una alegría inmensa cuando recoger los frutos de tu trabajo.