Esta semana hemos tenido la oportunidad de conocer a Gonzalo, uno los creadores de una novedosa idea de negocio: Photofacebooth. Con una apariencia familiar pero un uso innovador, este nuevo producto pretende cambiar las típicas fotos de eventos. Resguardándonos de las lluvias otoñales en las cafeterías de la céntrica calle carretas en Villaviciosa de Odón, estos jóvenes emprendedores  nos cuentan cómo decidieron llevar a la realidad su proyecto.

La web de Photofacebooth ofrece toda la información necesaria, pero después de leerlo creemos que merece la pena oír vuestra propia descripción a viva voz.

Cuando un cliente contrata Photofacebooth no solo alquila un fotomatón, alquila un pack. También se incluye la organización: montamos la cabina, llevamos disfraces, un técnico y editamos fotografías y vídeo. Digamos que el cliente recibe la parte divertida de la boda editada y en formato digital y analógico.

¿Cómo se os ocurrió esta idea? ¿Fue vuestra propia experiencia, algo que os pasara?

Photofacebooth empezó en la boda de mi hermano hace un par de años. Pusieron un fotomatón, era algo muy nuevo. Sin embargo las formas de poner ese fotomatón no fueron muy buenas. Mala calidad en la fotografía, los técnicos no iban bien vestidos… Aunque la idea era muy buena, el conjunto era muy malo.

Al ver esto mi novia y yo decidimos intentar hacerlo mejor. Ya que yo había estudiado electrónica aprovechamos la oportunidad y empezamos a fabricarlo. Hablamos con proveedores, con China, donde compramos la primera máquina… Después de esa experiencia hemos continuado con su fabricación en España ya que, aunque parezca mentira, sale más barato.

Hoy en día casi cada persona tiene un Smartphone con cámara en el bolsillo. ¿Qué aporta Photofacebooth a una sociedad tan comunicada a través del móvil?

Photofaceboot recupera las fotografías en papel. Con el formato digital muchas fotografías se pierden o se borran porque se formatea el ordenador. Al final una foto en papel puedes guardarla en el bolsillo o pegarla en la nevera y, después de todo, recuperar ese toque antiguo.

Ahora también estamos metiéndonos en otro tipo de productos. Dentro de poco ampliaremos nuestros servicios con complementos tecnológicos como las app móviles para hacer los eventos más interactivos. Unimos lo clásico con un toque tecnológico.

Desde luego la idea suena muy bien, pero se nos ocurren bastantes dificultades para llevar una idea así a la realidad. ¿Cuál ha sido hasta la fecha vuestro mayor bache?

Al principio empiezas con una idea muy básica: Quiero un programa que haga fotos y las imprima. Ese fue nuestro primer problema. En un primer momento eres un novato, ese mismo programa te puede costar el doble que en otro sitio. Además, a medida que avanzas, esos problemas van cambiando. Después del programa para imprimir nos hizo falta uno para editar, otros para grabar o compartir con redes sociales. Digamos que a medida que crece la idea de negocio se va haciendo más difícil juntar todos sus elementos, en nuestro caso, tecnológicos.

Las imágenes y vídeos originales y divertidos suelen funcionar muy bien en internet. ¿Cómo ha ido vuestra experiencia con este canal?

Yo no quiero que internet salga de mi vida jamás. Lo veo como una herramienta necesaria o imprescindible hoy en día. Lo usamos para todo, desde buscar información para el negocio hasta lo personal. Pensamos que, ya que todo el mundo usa internet, teníamos que estar ahí.

Por otra parte creo que el posicionamiento natural o SEO es muy difícil de ganar ya que hay empresas, cada vez más, que llevan muchos años trabajando en ello. Me tocó pagar Google Adwords. La gente me decía que estaba tirando el dinero, muchos euros al mes. Sin embargo esos euros me están dando una rentabilidad muy elevada. De hecho, casi el 90% de nuestra facturación llega a través de internet.

La organización de eventos implica dificultades características del sector a distintos niveles como la gestión de personal y la logística. ¿Es todavía más difícil vender un producto complementario a los eventos?

Personalmente creo que un producto como este es más fácil de vender. Es un producto que está muy de moda. Incluso ha habido varios eventos para el año que viene que han contratado nuestros servicios antes que la propia finca. Personas que solo saben que van a casarse en Madrid, pero están seguros de que quieren el fotomatón.

Sí que es cierto que hay que luchar con otros productos que también gestionamos, como discotecas móviles. Muchas fincas utilizan sus propios contactos y es un servicio más difícil de vender. En el caso del fotomatón, ya que es un capricho del cliente y podemos montar o desmontar en media hora, no nos supone tanto esfuerzo llegar a un acuerdo.

Parece que os aguarda un futuro prometedor. ¿Cuáles son vuestras perspectivas de futuro?

Por ahora nuestro objetivo es crecer a otras comunidades autónomas. Nos gustaría empezar abriendo sucursales en Murcia, donde tenemos familia, y en definitiva crecer poco a poco. Actualmente tenemos 3 fotomatones, pero nos gustaría tener unos 10 para el año que viene.

Y en el presente, ¿cuál es vuestro balance hasta la fecha?

Lo bueno es que la clientela de las bodas es muy agradecida. He trabajado en varios sectores bastante distintos entre sí y puedo confirmar que este tipo de clientes agradece mucho los detalles.

Lo malo es que el mundo de las bodas es muy caro y los clientes están pagando mucho dinero por cosas que normalmente tienen un precio menor. Por eso siempre se fijan mucho, igual que haríamos todo, en el desglose de las facturas. En este aspecto los compradores van con mucho freno a la hora de contratar el servicio.

Por último, basándoos en vuestra experiencia, ¿qué aconsejaríais a quién ahora mismo se plantea empezar su propio negocio?

Le recomiendo que coja su idea y la trabaje. Creo que no hay más trucos que trabajar. En mi caso, este negocio lo monté con poco dinero, lo que tenía ahorrado. Me lancé y, trabajando mucho, aquí estoy. ¡Ánimo!